Hoy en día hay varias teorías de cómo y cuándo se produce este dolor punzante debajo de las costillas al correr. Esto puede ser desde un bajo suministro de sangre al diafragma, que resulta en calambres en los músculos abdominales, hasta irritación del peritoneo. Además, la respiración inadecuada al correr, problemas con la postura, empezar muy rápido, unos músculos abdominales débiles, un estómago muy lleno o un estilo de running malo pueden provocar este molesto dolor.
Si quieres prevenir la aparición de este dolor, debes de tener en cuenta esos consejos:
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- Toma un desayuno ligero, bajo en fibra y grasa.
- Come algo 2-3 horas antes de empezar a correr.
- Calienta antes de correr, un calentamiento moderado no solo te prepara muscularmente, sino que también beneficia a la respiración.
- Empieza tranquilamente y ve aumentando la velocidad.
- Un core bien entrenado reduce los movimientos rotativos en el tronco.
- El ritmo al respirar es crucial.
- Unos músculos oblicuos bien entrenados ayudan a prevenir el flato, por eso 5-10 minutos de entrenamiento para los abdominales pueden valer la pena.
Por otro lado, si ya sientes el dolor y lo que quieres es aliviarlo, te recomendamos lo siguiente:
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- Una respiración correcta contribuye a la relajación del diafragma y los músculos respiratorios.
- Ejerce presión con la mano en la zona que te duela y alivia la presión al espirar.
- En el momento en el que sientas que aparece el dolor, deberás reducir la velocidad inmediatamente o hacer una pausa para seguir.
- Los estiramientos pueden ayudarte a aliviar la tensión.
- Para relajar el diafragma y la cavidad abdominal, puedes poner ambos brazos sobre la cabeza mientras inhalas. Después inclina la parte superior del cuerpo hacia adelante mientras exhalas dejando caer los brazos.
Entre mejor sea tu resistencia, este dolor aparecerá con menos frecuencia.